La mexicana-israelí Ilana Gritzewskyi, quien fue rehén del grupo Hamás tras el ataque del 7 de octubre a Israel, denunció ante la ONU los horrores de su cautiverio.
Sin embargo, la joven aún vive con afectaciones.
“Cada vez que escucho sonidos de emergencia o que me entero de cohetes que son disparados desde Yemen o Gaza, vuelvo al infierno; la diferencia es que ahora sé que tengo un lugar seguro, pero Matan y el resto de los secuestrados, no”, dijo.
Durante su participación en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, Gritzewsky, reconoció que su “alma sigue en cautiverio”.
Esto porque, compartió, su novio Matan Zangauker sigue secuestrado.
Ambos fueron raptados en el atentado terrorista, en el kibutz Nir Oz, y ella volvió 55 días después, en las rondas de negociaciones.
Al tomar la palabra, acompañada por el Embajador de Israel en la ONU, Danny Danon, durante una Reunión del Consejo de Seguridad, Ilana Gritzewsky refutó a quienes le dicen que “ahora es libre”, argumentando que la libertad “no es como un interruptor”, ya que el trauma generado por los maltratos, el terror psicológico y el abuso sexual, al que fue sometida por los terroristas de Hamás, no se desvaneció al dejar el encierro.
“Los terroristas me golpearon, me humillaron, me tocaron por todas partes”, apuntó.
Solicitó a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, a no permitir que se silencie a las víctimas.
“Traigan a Matan y a todos a casa”, afirmó.
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