Maluma tenía razón: Pediatras advierten sobre peligros de exponer a bebés y niños en conciertos

por El Sureste

Ciudad de México. El video viral en el que Maluma regañó una mujer que asistió a uno de sus conciertos en la Ciudad de México en compañía de un bebé de un año de edad, debido a que no era bueno para él tenerlo en un lugar donde los decibles son muy altos, generó múltiples reacciones en redes sociales.

Sobre lo sucedido, expertos en pediatría coincidieron sobre el grave riesgo que supone para la salud auditiva de niños y bebés su exposición a conciertos, festivales o cualquier otro evento con altos niveles de ruido, por lo que han desaconsejado llevar a los menores a este tipo de espectáculos.

¿Por qué no es aconsejable llevar a bebés y niños a un concierto?

Pediatras de la Asociación Española de Pediatría (AEP), a través de su Comité de Salud Medioambiental (CMS-AEP), aseguraron no es bueno llevar a bebés y niños pequeños a eventos ruidosos como los conciertos debido a que en los espectáculos de música en vivo las mediciones habituales muestran que el sonido alcanza niveles de entre 110 y 130 decibelios (dB) cerca de los altavoces, los cuales suficientes para provocar “daño auditivo irreversible en cuestión de segundos”.

Esto debido a que el oído de bebés y niños pequeños es especialmente vulnerable porque sus estructuras auditivas aún están en desarrollo y carecen de mecanismos de protección frente a la intensidad del sonido.

¿Qué daños causa los altos niveles de ruido a los bebés?

Dado que resulta difícil reconocer los efectos de una sobreexposición al ruido en lactantes, pues no pueden comunicar molestias como pitidos o pérdida de audición temporal, los especialistas aconsejaron prestar atención a posibles signos de alerta después de un evento ruidoso. Algunos de ellos son:

  • Llanto inconsolable
  • Irritabilidad repentina
  • Sobresaltos exagerados o persistentes ante sonidos
  • Parpadeo frecuente
  • Gestos evidentes de incomodidad
  • Apatía o somnolencia anormal
  • Falta de reacción ante sonidos habituales
  • Movimientos repetidos de frotarse los oídos o tocarse la cabeza

No obstante, indicaron que los efectos de un trauma acústico agudo no siempre son inmediatos y pueden incluir consecuencias como: pérdida auditiva temporal o permanente; acúfenos, esto es, pitidos, que en lactantes sólo se deducen por su comportamiento; y daño neurosensorial irreversible.

¿Qué nivel de sonido es óptimo para los bebés y niños?

En línea con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los expertos señalaron que la población infantil no debe exponerse a más de 85 dB durante periodos superiores a una hora, además de que a partir de 70 dB la exposición prolongada ya implica riesgo.

¿Cómo proteger el oído en eventos ruidosos?

Los pediatras sostuvieron los lactantes y preescolares no deberían asistir a conciertos o festivales de adultos, incluso aunque utilicen protección auditiva, una recomendación que afecta a todos los menores de seis años.

En el caso de niños de 6 a 12 años, los médicos indicaron que la asistencia sólo debería considerarse si el evento está adaptado, es decir, si cuenta con un volumen controlado y zonas seguras, y cumpliendo siempre todas las medidas de protección.

Para adolescentes mayores de 12 años, señalaron que es imprescindible usar la protección adecuada, respetar los tiempos de exposición y evitar situarse cerca de los altavoces, limitando además la frecuencia de estas exposiciones.

Recomendaciones

Los especialistas aconsejaron seguir las siguientes recomendaciones para cuidar la salud auditiva de los pequeños:

1.- Usar orejeras específicas para su edad y evitar los tapones pequeños por el riesgo de atragantamiento.

2.- Mantener al menos 30 metros de distancia de los altavoces y situarse en zonas laterales.

3.- No permanecer más de 30 minutos o una hora en entornos con niveles sonoros superiores a 85 dB, alternar la estancia con zonas tranquilas para permitir que el oído descanse y evitar recintos cerrados o con mucha reverberación donde el sonido se amplifica.

4.- Utilizar aplicaciones de medición del sonido para conocer la exposición real.

Los expertos enfatizaron en que los adultos deben estar atentos a los niños durante y después del evento, vigilando si dan signos de incomodidad o cambios en su respuesta a los sonidos.

Y que, en caso de detectar cambios en la audición o en la conducta relacionados con el sonido, se acuda con un médico pediatra.

Con información de UnoTV

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