CDMX.- El ciclo de Josep Guardiola en el Manchester City ya tiene fecha de caducidad; no en un calendario concreto, pero sí en su voluntad.
El técnico catalán confirmó que se retirará temporalmente de los banquillos una vez finalice su etapa en el club inglés. Lo tiene claro: “Está decidido, más que decidido”, aseguró en una reciente entrevista con la revista GQ.
Con el característico tono introspectivo que lo acompañó a lo largo de su carrera, Guardiola fue enfático en que necesita un respiro: “Después de esta etapa con el City voy a parar, esto seguro. El tiempo que voy a parar no lo sé; un año, dos, cinco, diez, no lo sé. Pero sí que voy a dejarlo tras esta etapa, porque necesito centrarme en mí”.
El entrenador de 54 años, considerado uno de los estrategas más influyentes del futbol moderno, reconoció el desgaste emocional y físico que conlleva estar al frente de un equipo de élite durante tantos años, y expresó su deseo de simplemente detenerse y observar la vida pasar. “En catalán se dice badar. Quiero pararme y ver pasar las vacas cuando el tren pasa”, compartió.
Guardiola vivió con intensidad cada uno de sus proyectos profesionales. Desde su inicio como técnico del Barcelona, pasando por el Bayern Múnich y ahora con el City, su metodología se basó en el detalle, el control y una autoexigencia constante, pero también reconoció que todo tiene un límite.
“He aprendido un poco a parar. Lo que pasa es que tienes una responsabilidad muy grande, mucha gente confía en ti… Pero el éxito no cae del cielo. Hacerlo bien no viene regalado. Tienes que meterle horas. No hay otro secreto”, explicó.
La reciente temporada no ha sido sencilla para el Manchester City. Aunque el equipo no cayó en picada, una racha de más de una docena de partidos sin victoria reflejó una fatiga mental y física inusual para un grupo acostumbrado a ganar. “Cuando ganas seis Premier Leagues en siete años, llega un momento en que tú bajas. Es el ser humano”, reflexionó.
Consultado sobre un eventual regreso al Barcelona, club donde construyó una de las etapas más brillantes de la historia del balompié, Guardiola fue tajante: “Ya se acabó; fue muy bonita, pero se acabó para siempre”; incluso, descartó cualquier otra función institucional: “¿Presidente? ¡No! No sirvo para eso”.
Sus motivaciones, hoy, parecen tener más que ver con la conexión personal que con los logros profesionales. “El miedo a perder, a fallar, a desconectarme… eso es lo que me motiva. Pero también necesito parar y reencontrarme. Y ya veremos qué me depara la vida”, reconoció.
Durante la conversación, también se refirió a la irrupción de Lamine Yamal, joven estrella del Barcelona. Guardiola pidió prudencia: “A Lamine hay que dejarle hacer su carrera. Ya el hecho de que lo comparen con Messi son palabras mayores, pero déjenlo; Messi son 90 goles por temporada durante 15 años. Eso es otra dimensión”.
Sobre su legado, el técnico no se obsesionó con los títulos; aunque podría cerrar su carrera con más de 40 trofeos, él valoró más los vínculos humanos: “Las relaciones con la gente con la que has trabajado, jugadores, staff… eso es lo chulo que te queda”.
Lejos de planear un regreso inmediato, Guardiola deja que el destino decida su próxima etapa: “Yo nunca pensé que sería entrenador del Barça, que iría a Alemania o Inglaterra. Pensamos que controlamos, pero no. Algo pasará y ya veré si quiero hacerlo o no; y si no, pues ya me encontraré”.
Así, uno de los cerebros más brillantes del futbol contemporáneo se prepara para un paréntesis necesario. No sabe cuándo volverá, ni siquiera si lo hará, pero lo que es seguro es que su influencia en el juego perdurará, aún en la pausa.
Fuente Fox Sports