CDMX.- La atmósfera previa al tan esperado enfrentamiento entre Saúl “Canelo” Álvarez y Terence Crawford, pactado para el 13 de septiembre en Las Vegas, no solo está cargada de expectación deportiva; también desató un intenso debate sobre la inmensa disparidad económica que existe entre ambos protagonistas.
Esta contienda, más allá de la gloria boxística, pone de manifiesto una verdad innegable: en el boxeo contemporáneo, el valor en el mercado no siempre es un reflejo directo de la calidad en el ring, sino del inconmensurable poder de convocatoria y la maquinaria de marketing.
El mundo del boxeo quedó atónito cuando, en una reciente entrevista para el pódcast Ring Champs, Terence Crawford reveló que su bolsa garantizada por enfrentar a Canelo será de apenas 10 millones de dólares.
Esta cifra representa una ganancia sustancial para cualquier pugilista, palidece considerablemente frente a los rumores previos que especulaban con un pago de hasta 50 millones para el campeón indiscutido de tres divisiones.
En el rincón opuesto, las proyecciones para el ídolo mexicano, Canelo Álvarez, sugieren una ganancia que podría ascender a la asombrosa cifra de 150 millones de dólares.
Aunque este monto no ha sido confirmado oficialmente, las filtraciones apuntan a una bolsa total para el evento que rondaría los 200 millones, de los cuales un abrumador 75% iría directamente al campeón tapatío.
La diferencia es simplemente estruendosa: 140 millones de dólares separan las ganancias rumoreadas de Canelo de las confirmadas de Crawford; este dato encendió un acalorado debate entre aficionados, promotores y analistas del deporte de los puños, cuestionando la equidad y la lógica detrás de tales desniveles salariales.
A pesar de esta notoria brecha económica, el pugilista estadounidense no parece inmutarse por la parte financiera_: “Lo hago por la oportunidad, por el legado”, declaró Crawford.