CDMX.- El Estadio Akron fue escenario de una noche inolvidable para Javier ‘Chicharito’ Hernández, quien volvió a marcar con Chivas tras varios meses sin hacerlo. El delantero selló la victoria 4-2 sobre Rayados de Monterrey en la última jornada del Apertura 2025 de la Liga MX, un resultado que aseguró el pase directo del Rebaño a la Liguilla.
El gol llegó en tiempo agregado, cuando Chicharito remató de cabeza para firmar el cuarto tanto del encuentro. La reacción fue inmediata y profundamente emotiva: el jugador corrió hacia la tribuna, besó el escudo rojiblanco con fuerza y, entre lágrimas, se fundió en un abrazo con sus compañeros. Su desahogo conmovió a miles de aficionados que lo ovacionaron de pie, celebrando no solo la diana, también su perseverancia y conexión con el club que lo vio nacer.
El tanto representó mucho más que una anotación. Para Hernández, significó cerrar un periodo complicado marcado por la falta de gol y reafirmar su compromiso con la institución. El delantero, histórico del equipo, alcanzó así su gol número 33 con Chivas, un registro que refuerza su legado como uno de los ídolos más queridos del club tapatío.
Tras el encuentro, el atacante compartió un mensaje en redes sociales que rápidamente se viralizó entre los seguidores rojiblancos. En su cuenta de Instagram, expresó el profundo significado del momento y el orgullo de formar parte del actual plantel:
“Ayer me fui con el corazón lleno y el alma agradecida. Qué honor compartir este camino con hombres tan grandes dentro y fuera de la cancha. Se viene lo mejor”.
El mensaje fue interpretado como una muestra de unidad, gratitud y optimismo antes del inicio de la fase final del campeonato; además, Chicharito reiteró la fortaleza del grupo, destacando que “hay buenos seres humanos y cero envidia” en el vestidor, una frase que reflejó el ambiente positivo que vive el equipo dirigido por Gabriel Milito.
El gol de Hernández al minuto 93 no solo selló el triunfo ante Monterrey, se convirtió en un impulso anímico clave para Chivas antes de los cuartos de final. El Rebaño cerró la fase regular en la sexta posición y enfrentará a Cruz Azul de Nicolás Larcamón en la siguiente ronda.
MENSAJE
Todos cargamos un peso invisible. A veces somos muy duros con los demás porque dejamos de creer en las personas rotas, aunque todos lo estemos. Cuando admiramos a alguien se nos olvida que es humano, que también se cansa, duda y se rompe. Idealizamos tanto su luz que dejamos de ver su sombra. Compartir lo que ya sabes y ver a alguien crecer, no para que te agradezca, sino porque entiendes lo que significa haber caminado solo, sana mucho, y más si quieres a esa persona.
¿Quién diría que ayudar a quien quiere salir adelante es la medicina perfecta? Lo que vivimos fue más que fútbol: se vio una familia elegida, donde todos queremos vernos crecer, donde nos apoyamos en los peores momentos y no solo cuando ganamos. No se trata del “yo hice”, sino del “nosotros logramos”. El que mira desde afuera lo percibe: hay algo limpio, noble e imbatible cuando juegas sabiendo que el otro te respalda y te acompaña. Se sintió una lealtad silenciosa, esa que no se grita pero se refleja en las miradas, en cómo corren por el otro, en cómo celebran todos un mismo gol.
Qué belleza lo que vivimos. Sentí que todos nos acompañamos; no jugábamos por un marcador, sino por una historia compartida. Se encendieron memorias y, sin planearlo, nos unimos aún más. Se vio hermandad, respeto y propósito compartido. Entendimos que la familia no es quien te ve nacer, sino quien se atreve a crecer contigo: un equipo unido por y con amor.
Ahora toca prepararnos de la mejor manera, porque viene la parte más importante del torneo. Gracias, qué bendición estar vivos. Los amo.
Fuente Fox Sports