La falta de educación sexual integral desde la niñez y la tolerancia hacia las relaciones con edades desiguales son factores para un aumento del embarazo adolescente en México, la mayoría de ellos por violencia sexual, coinciden expertas.
Anahí Rodríguez, activista en derechos reproductivos y menstruales, consideró que parte del problema radica en la ausencia de educación sexual integral desde edades tempranas, sumada a la resistencia social a hablar de estos temas en las aulas
“Es la falta de una educación sexual integral desde la primaria y eso también un poco por la responsabilidad de la sociedad y del Estado, en el sentido de que la misma sociedad muchas veces impide que los profesores y las profesoras les den estos temas a los niños y a las niñas, porque creen que va a haber promiscuidad”, indicó.
Jazmín Quesada, trabajadora social e investigadora independiente en temas de embarazo adolescente, coincidió en que muchas niñas y adolescentes carecen de herramientas de autocuidado y educación sexual que les permitan identificar y rechazar conductas abusivas, en una realidad en la que entre 75 % y 80 % de los agresores sexuales son sus familiares.
“Es una problemática que venimos arrastrando hace mucho tiempo, no tienen las herramientas de autocuidado y de educación sexual necesarias para estar alertas. Aparte a niñas y niños, en general se les dice: ‘nunca digas que no, no grites, haz lo que los adultos dicen’; entonces hay imposiciones familiares, que las vemos como reglas para ellos”, dijo
De acuerdo a los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2023, un 52 % de las adolescentes de 12 a 19 años no sabe que el condón masculino previene embarazos e infecciones de transmisión sexual.
Quesada ha trabajado con casos de niñas abusadas y expuso que el tema tiene un trasfondo socioeconómico, pues en diversas comunidades las relaciones entre niñas y adolescentes con hombres mayores son aceptadas por las familias bajo la idea de que el hombre actúa como proveedor y protector.
“Familiar y socialmente están permitidas este tipo de relaciones mientras haya el cumplimiento de esos roles, un hombre proveedor. Otro factor también es lo económico, es decir, para la familia o a veces nada más es la mamá es insostenible tener tres, cuatro hijos y la hija es una señorita y puede salir del núcleo familiar”, comentó
Las activistas coincidieron que cuando estos abusos resultan en un embarazo, la respuesta institucional dista de proteger a las menores, aunque las leyes mexicanas permiten la interrupción del embarazo en casos de violación bajo la normativa ‘NOM046’, incluso sin necesidad del permiso de los padres, esto rara vez ocurre.
Hiliana Romo, coordinadora del Centro de Atención a la Adolescente Embarazada del Hospital Civil señaló que, en lo que va de 2025, han recibido a 153 niñas embarazadas.
“Para ellas su proyecto de vida se acabó y esto tiene implicaciones en la violencia que están dispuestas a aceptar” por parte de sus parejas.
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