El cantante y activista estrena cinta en la que es él mismo y presenta pasajes y temas con nuevos arreglos.
Ciudad de México. Una cirugía de corazón para que Paul David Hewson se exponga, se vulnere y así dé inicio Bono: Stories of Surrender, el flme unipersonal del cantante que está basado en sus memorias Surrender: 40 Songs, One Story y la gira de libro/show que lo acompaña.
“Ahí es donde empieza la película, con una cirugía del corazón. Ésa es mi forma de entender el arte y cierto, algunas personas se van a aprovechar y te van a patear cuando estás en el suelo, pero está bien. Encontré que está bien parecer ridículo por tu arte, o verte ridículo si es por tu arte”, comparte el irlandés en una minirrueda de prensa con medios internacionales.
Surrender, en español rendirse, no se trata de hacer las paces con el mundo… al menos no en este momento y en cuanto a hacer las paces consigo mismo, no va muy bien, confiesa en la charla desde Cannes, Francia.
Aunque hacer las paces con su creador siempre ha sido fácil, siempre se he sentido amado.
“Siempre he sentido que se me ama por quien soy, en mi fe y en mi espiritualidad. No soy muy religioso en el sentido tradicional, pero nunca sentí que tuviera que ser otra persona para rezar. Siempre pude ser yo mismo. Incluso si salía de fiesta o me metía en problemas, me sentía igual de cerca de Dios, más aún que cuando estaba en una iglesia.
“He hecho muchas travesuras en esta ciudad (Cannes). Pero nunca me sentí lejos de Dios… sólo un par de veces y una fue al inicio de esta película, cuando sentí que perdí el aire tras una cirugía de corazón. Sentí que no podía respirar…
Y si llamé al libro Surrender (Rendirse) no porque entendiera lo que significa, sino porque sabía que necesitaba aprender a lidiar con ello”, sentencia.
Bono: Stories of Surrender, que se estrena mañana en Apple TV+, es narrado por el propio intérprete. Comparte pasajes de su vida personal, la muerte de su madre, la relación tan cercana con su padre, su vida de pareja, y también de su trabajo como cantante, artista filántropo y, desde luego, su vida en U2. Materiales que los fans de la banda irlandesa conocen a la perfección, pero que en un ambiente en blanco y negro y con distintos arreglos musicales, toman otra dimensión.
Acercarse a sus compañeros de grupo, Adam y Larry, era algo que, confiesa, le daba un poco de miedo. The Edge estuvo con él en algunos arreglos, así que no hubo mucho tema.
Trabajaron con el productor Jacknife Lee “que es un genio y lo más extraordinario de The Edge es que es la única persona que no cree que sea el guitarrista más influyente de los últimos 30 años. Y cuando habla de canciones, no piensa en la guitarra. No piensa en él mismo. Piensa simplemente en la canción.
“Así que, con estos arreglos, él estaba muy entusiasmado. Decía: ‘éstas son nuevas perspectivas’. Por ejemplo, con Desire, dijo ‘esto suena como un arreglo africano’. Estaba realmente sorprendido por eso, y, por lo mismo, muy emocionado.”
A lo largo de su vida, Bono se ha dedicado a formar parte de varios actos benéficos. Como activista ha luchado por combatir el sida en África, la hambruna y la deuda. Memorable es su trabajo con Luciano Pavarotti.
Su deseo de salvar al mundo, está seguro, es una mezcla de buenas y malas razones. Hay una parte en él, confiesa, que sólo busca atención, “alguien que quiere estar en el centro de los reflectores.”
“Pero hay otra parte de mí que quiere compartir ese reflector con personas que están haciendo un trabajo aún más importante, personas cuyas historias necesitamos escuchar.
“Otra parte lo hace porque, ¿qué más voy a hacer con esta fama? Entiendo que es absurda, esta fama… pero, por otro lado, es una moneda de cambio. Y quiero gastar la mía con sabiduría”.
Hacia el final de la cinta, Bono hace hincapié en la fe, en la esperanza y en el amor.
Incluso, recordó, en la charla, que una mujer de Albania se lo recordó no hace mucho.
“Me dijo: ‘si tienes la oportunidad de tener esperanza, es tu deber moral hacerlo, porque la mayoría de las personas no tienen esa oportunidad’. Así que yo tengo esperanza.
“Fe… cualquier músico tiene fe. Lo pondría así: todo compositor tiene fe, porque saltas de una nota a otra sin saber si va a funcionar. Estás intentando crear una nueva melodía, y para eso debes ir a lugares que nunca han sido explorados. Para eso se requiere fe.
“Y el amor… ¡ah, el amor es tan poderoso! En los textos sagrados se dice: “fe, esperanza y amor, pero el mayor de ellos es el amor.” ¿Por qué? La respuesta está unas líneas después, creo que en una carta de San Pablo: ‘Porque ahora vemos por un espejo, oscuramente; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como fui conocido.’
“Y creo que por eso el amor es tan importante. Porque no sabemos. Vemos a través de un cristal oscuro. La certeza absoluta… en realidad no ayuda. Hay gente que está completamente segura de cómo es Dios. Están convencidos.
“El amor es paciente. El amor es amable. Todo lo soporta. Todo lo cree.” Ese hombre —que era un pesado— incluso él fue capaz de transformarse gracias al amor. Él fue quien dijo que ‘vemos a través de un espejo, oscuramente’.
“Hay que tener cuidado con las certezas fáciles, las certezas morales. El ‘yo tengo razón, tú estás equivocado’. Ese pensamiento dualista.
“Hay un fraile franciscano que he estado leyendo se llama Richard Rohr. Escribió un gran libro llamado Breathing Underwater. Y estoy aprendiendo mucho de él sobre cómo ver a Dios en el mundo natural, verlo no sólo en tus hijos, en tus seres queridos, sino también en tus enemigos. Y sobre no convertir al mundo natural en tu enemigo.
“Eso es parte de lo que he estado aprendiendo sobre el amor. Y eso me ha devuelto un poco de fe y un poco de esperanza, considerando que el mundo está pasando por una etapa bastante sombría”, concluye.
De la cinta
- Bono: Stories of Surrender.
- Producido por RadicalMedia y Plan B Entertainment (de Brad Pitt).
- Filmado en el Teatro Beacon de NY.
- Además se estrenará en Apple Vision Pro. Grabado en 8K con Spatial Audio para producir un video de 180 grados que coloca a los espectadores en el escenario con Bono.
Influenciado por el Jefe
Bono recordó que desde 1981 Bruce Springsteen ha sido una influencia para él, desde que lo conoció en Londres, con Pete Townshend, de The Who.
“Cuando era adolescente, mi hermano me había dado sus discos y desde entonces ha sido una fuente de inspiración. No tanto en el sentido del rock and roll, sino en el sentido de la ópera. Porque para mí, Jungleland es una ópera…
“Me dijo algo muy gracioso sobre las bandas… ‘La democracia está muy bien para lugares como Irak… pero tal vez no para una banda de rock’.
“Siempre le ha sorprendido que los cuatro compartamos todo por igual, y que sigamos siendo una democracia real. Él está en una gran banda de rock and roll, pero en su banda solo hay un jefe. En U2 hay cuatro jefes”.
The Boss tuvo una residencia en Nueva York llamada Springsteen on Broadway, que combinada relatos personales y música.
Blanco y negro
La decisión de armar la cinta en blanco y negro fue del director Andrew Dominik y se involucró con el director de fotografía —en este caso Erik Messerschmidt—.
Le envió algunos moodboards iniciales con imágenes de Lenny Bruce, con esas tomas donde la luz corta la oscuridad.
“Ya sabes, en el rock and roll vamos a la iglesia en la oscuridad, y buscamos ese tipo de destellos de luz. Incluso si es luz neón… la tomamos.
“En el cine es igual: vas a la iglesia en la oscuridad, y lo que buscas son luces proyectadas que cuenten historias. Él tiene una profunda admiración y respeto por el cine.
“En lo único en lo que no estuvimos de acuerdo fue simplemente que él quería que la película fuera más un documental y yo quería que fuera más un registro del espectáculo en el escenario. Entonces, el compromiso fue que hubo días con público presente y días sin nadie, donde él podía mover las cámaras, cambiar la iluminación y entrar en esos paisajes interiores… mirar directamente a los ojos.
-Me decía: “No te creo. No te creo”.
-Yo respondía: “¿Qué te pasa, de qué hablas?”.
-“Estás actuando”.
-“Pensé que eso era lo que tenía que hacer”.
-“No, no, no. No actúes. No quiero que actúes, quiero que seas”… “Estás mintiendo”.
“¡No estoy mintiendo!”.
-“No, sólo que no te creo. Estás hablando de tu padre. Dijiste que se está despidiendo de ti. Éste es su último momento. Y te está mandando al carajo. ¿Cómo te está mandando al carajo?”
—“¿A qué te refieres? ¿Es un ‘vete al carajo’ o un ‘¡vete al carajo!’?” Y claro, era la segunda. Y así fue como me llevó hacia una actuación verdadera.
“Aunque insisto, no soy actor y quiero expresar que admiro profundamente a los actores que pueden hacerlo. Mi hija, por ejemplo, es actriz.”
Información: Excélsior.