CDMX.-AEn un partido para el recuerdo con una montaña rusa de emociones, de vaivenes y golazos incluidos, el FC Barcelona y el Inter de Milán firmaron un espectacular empate 3-3 en la ida de las semifinales de la UEFA Champions League en el Lluís Companys por lo que todo quedó abierto para la revancha en el Giuseppe Meazza más allá de que los italianos tendrán ahora la localía a su favor.
Ambos equipos se brindaron en un partido digno de semifinales, cada uno con su estilo tuvo la capacidad de hacer daño a su rival y eso permitió ver un partido entretenido. Todavía no se terminaban de acomodar los asistentes cuando el Inter ya estaba arriba en el marcador con un golazo de Marcus Thuram, quien se inventó un taconazo cuando el balón ya se le había quedado atrás. Un tanto que sorprendió a propios y extraños.
El tanto tempranero de la visita ayudó al espectáculo y aunque el Barcelona era dueño del balón, el peligro siempre estaba latente en la meta defendida por Szczesny. Nada estaba escrito. El cuadro Nerazzurri tuvo claro su guion, resistir y hacer daño a la contra, aprovechar cada balón parado y el plan le funcionó y al minuto 21, Dumfries colocó el 0-2 con tremenda volea luego que el balón le quedó alejado tras una acción de tiro de esquina.
Los interistas dieron muestra de efectividad, dos llegadas y dos goles, parecía que se le venía una loza muy pesada a los culés hasta que se despabiló su elemento más desequilibrante, Lamile Yamal, quien se echó al equipo español al hombro para resetear el partido.
Tras una buena jugada individual el adolescente de 17 años sacó zurdazo bien colocado para recortar distancias a los 24 minutos. Dos más tarde, Yamal rozó el doblete gracias a otra genialidad en la que dejó desparramado a un rival, pero el poste y Sommer se lo negaron. Había partido y con tres golazos de por medio.
Si los tres primeros tantos fueron llamativos, el gol del 2-2 del Barcelona tuvo el sello de la casa. Pedri mandó un gran pase a Rafinha, quien la bajó de cabeza y Ferran Torres nada más empujó para igualar las acciones. Juego asociación.
El segundo lapso por obvias razones bajó la intensidad, pero no la calidad. El Inter comenzó a sentirse cómodo al grado que decidió adelantar líneas y presionar más al rival sabedor de que así no le permitiría pensar más a los talentosos blaugranas.
Esa presión le rindió frutos al cuadro italiano y con cabezazo de Dumfries, al 63, recuperó la diferencia, pero el gusto le duró poco ya que el conjunto local se encontró con el empate de inmediato dos minutos más tarde gracias a un riflazo de Raphinha, donde el balón pegó en el larguero y luego en la espalda del portero suizo para el 3-3.
El Barcelona tiene más vidas que un gato y ya estamos 3-3.
El Inter de Milán no bajo los brazos
A pesar de que sufrió el empate de manera inmediata, el Inter de Milán no se achicó, mantuvo su empuje y por una punta del pie no anotó el cuarto a través de Mkhitaryan, quien venció la meta barcelonista, pero por la punta del pie más adelantada que la zaga local se anuló el gol con la intervención del VAR.
El Inter dio muestras de tener dos estilos de juego bien trabajados, en el primer tiempo aguantó y en el segundo propuso más, fue valiente y competitivo contra el estilo futbolístico del Barcelona que dependió mucho de los desequilibrios de Yamal, quien cuando estuvo intermitente su equipo lo padeció, pero dejó en claro que cuando tiene la pelota en los pies es capaz de todo y estuvo a nada de firmar otro golazo magistral con un remate sutil bombeado que acabó en el larguero. Era tal vez el gol de la Champions.
En el último tramo del juego, los Blaugranas terminaron encima del Inter, lo asediaron de manera descomunal y no era para menos querían salir victoriosos en casa. Raphinha casi festeja con latigazo, pero Sommer se convirtió en héroe.
Todo se definirá en la vuelta, el Inter querrá aprovechar la localía y salvar la campaña con la Champions, mientras que el FC Barcelona aspira al triplete todavía.
Fuente Esto